LAS FORMAS OCULTAS DE LA PROPAGANDA.

 Yael Alcantara Garibay

LAS FORMAS OCULTAS DE LA PROPAGANDA (Vance Packard)

Persuasores Ocultos

El clásico libro de Vance Packard fue publicado en 1957, momento en que la televisión estaba abriéndose paso entre todos los medios de comunicación para convertirse en el de mayor alcance, influencia y concurrencia. Es decir, se había ya posicionado como el medio preferido por parte de los consumidores, y Packard se sujetó de dicha situación para desglosar argumentalmente su obra.

Desde 1906, tras la aparición del cinematógrafo de los hermanos Lumière, la intención de portabilizar la experiencia cinemática era palpable en desarrolladores tecnológicos; sin embargo, por cuestiones de los avances al alcance de la época fue hasta 1926 que John Logie Baird efectuó la primera demostración pública de un aparato televisivo, y aun así ello no implicó su inmediata comercialización, pues  el convencimiento de la útil aplicación del aparato, así como su producción, exportación y expansión fue dándose de manera paulatina, siendo realmente hasta la década de 1950, cuando ya había varios de estos dispositivos en Europa, América, Asia y  Oceanía, que comenzó la aparición de cadenas televisivas, y por ende, sucedió la acrecentada interiorización en las casas de las diversas familias que pudieran pagar el dispositivo.

Es bajo el contexto de la cercana implementación de la televisión en la cotidianeidad global cuando Packard aglomera sus ideas y preocupaciones en torno a la publicidad y su apropiación del espacio televisivo, así como ya lo había hecho en distintos medios de comunicación previos.

Los llamados “persuasores ocultos” son denominados así precisamente por hacer uso de técnicas manipulativas en contra de la voluntad receptora, tales como el manejo del color, de las formas, del espacio visual, de la manera de presentar los discursos, los eslóganes pegajosos, la exaltación del producto, la omisión de la verdad, etcétera.

La premisa general que da pauta a la publicidad en los medios de comunicación parte por comprenderla desde los productores de la misma -a quienes denomina persuasores ocultos-, quienes desde la sombra, y valiéndose de los deseos subconscientes del público han ido desarrollando técnicas muy vinculadas a descubrimientos científicos en relación a campos psicológicos, para así comprender a la población que se está llegando con los mensajes y de esa manera lograr que el mensaje funja como autoridad ante los consumidores. En otras palabras, que tenga una capacidad de convencimiento superior a la mera publicitación de las características que se ofrecen.

Para crear esta lealtad ilógica, dijo, la primera tarea “es crear alguna diferenciación mental, alguna individualización del producto que tiene una larga lista de competidores muy parecidos en su composición”.


Investigación Motivacional

Uno de los principales enfoques empleados por la publicidad y propaganda ha sido lo que se ha denominado como “Investigación motivacional”, la cual en términos simplificados puede entenderse como el estudio de los motivos que inducen a un ente a obrar de maneras específicas, ya sea en su entorno natural o al aplicársele determinado estímulo. Busca comprender al individuo a través de aquello que lo impulsa, lo que de hecho recuerda al uso de técnicas (tratadas en entradas anteriores) como la consideración de los factores socio-económicos de una población o la jerarquía de Maslow, que precisamente surgida en la década de los 50 buscaba clasificar las necesidades de una población para comprender sus preocupaciones y motivaciones.

“En estas investigaciones y manipuleos nada está prohibido o es digno de respeto. Dicha agencia de Chicago (una de las más grandes de USA) ha utilizado técnicas psiquiátricas de investigación en niñas pequeñas” (Packard, V; 1957)

Una vez las empresas habían comprendido que debían apelar a los motivos de los receptores, se comenzó a modificar la manera de entender las ideas, y a su vez inició el incremento de la actitud irracional y emotiva del público. Los valores atribuidos a los productos cada vez presentaban más peso sobre la factibilidad de las características de los mismos, tal y como ejemplifica el autor cuando presenta a un jabón como medio para preservar la belleza y no sólo como una herramienta para limpiarse corporalmente.

Para el desarrollo de este enfoque de investigación, quienes han estado a cargo de abstraer lo científico para aplicarlo en la materia publicitaria han empleado diversas técnicas con la finalidad de comprender las necesidades no dichas de los receptores:

·         Entrevista profunda: Usual práctica psicológica de conversación para que el paciente exponga su sentir a través de un análisis profundo

·         Rorschach: Observar las necesidades y deseos que el paciente confiere a manchas de ambiguo significado

·         Test de percepción temática: Es la misma premisa que el Test de Rorschach, pero incluye la interpretación de figuras, dibujos, slogans (en el caso publicitario), entre otros.

·         Test de Szondi: Se le pide al paciente escoger el personaje de una historia, pero todos los personajes a escoger serán enfermos mentales, por lo que el elegido será quien más afín sea al paciente.

Las pruebas pasadas son sólo algunas de las tácticas que comenzaron a adherirse de la psicología a las investigaciones motivacionales para poder categorizar -sin sapiencia de los consumidores- al público en perfiles psicológicos y atacarlo de manera personalizada.

Ello me recuerda un poco algo que un historietista dijo alguna vez, aunque sin intenciones de manipulación masiva:

"No es el trabajo de un artista darle a la audiencia lo que quiere. Si el público supiera lo que quiere ya no serían público, sino artistas. Es trabajo de un artista darle al público lo que necesita" Alan Moore

Valores creados

Valiéndose de la emotividad del público, los persuasores que Vance menciona buscan infundir valores que distingan a a sus productos, tanto para enmarcarlos en la mente de quienes estén recibiendo el mensaje como para distinguirse de la competencia.

Lo que la propaganda debe hacer es establecer una lealtad irracional” (Packard, V; 1957)

Una ejemplificación que puede ayudar a comprender este fenómeno es la creación del concepto social alrededor del fumar cigarrillos. El consumo de tabaco ha sido vinculado por los fumadores a necesidades como: encontrar relajación, expresar sociabilidad, como elemento estético, o incluso como un acto de rebeldía. Fue así como la propaganda publicitaria de empresas tabaqueras decidió incentivar el consumo.



La venta de ocho necesidades ocultas:

Packard decide reutilizar el adjetivo referente a ocultismo en cuestión de las necesidades, así como con los persuasores, pero precisamente porque teóricamente discurren por el mismo camino: el abuso de los anhelos subconscientes para plasmarlos en la publicidad y que así puedan ser identificados e interiorizados por los perceptores.

1.        Seguridad emocional: Se encuentra en el segundo nivel de necesidades de Maslow, es decir todo lo referente a seguridad en materia fisiológica y emocional; cuestiones de salud o de bienestar mental por ejemplo.

2.      Afirmación del propio valer: El consumidor debe sentirse importante y merecedor de calidad

3.      Satisfacción por el propio yo: Pude confundirse con el parámetro previo, porque igual busca de alguna manera que haya un sentimiento de importancia para con el consumidor, pero se distingue principalmente por buscar que el consumidor se sienta bien consigo mismo, más que importante por la calidad de un producto. Por ejemplo, en los accesorios textiles que fungen como representantes de nuestra personalidad

4.      Escapes creadores: Apelan a los hobbys y al uso del tiempo libre de los consumidores, por ejemplo el pintar o hacer jardinería.

5.      Objetos de amor: Suelen buscar el enternecimiento del público ante lo observado, pues atribuye valores sentimentales y emotivos a los productos. Es muy visible cuando se vinculan productos con el entorno familiar

6.      Sensación de poder: Usualmente se vincula a una cuestión de superioridad económica. Algunos ejemplos son el nexo entre relojes y vehículos al poder y virilidad que implica tener determinados artículos

7.       Sensación de arraigo: Busca sembrar valores de tradicionalidad y en lo común que es consumir un producto, como la publicidad de vino en Francia.

8.       Inmortalidad: Remite mucho a la idea del legado que perdurará en memoria de quien se ha ido, sembrando así la idea de inmortalidad. Busca hacer sentir que le legado está protegido. La más común remisión a esta necesidad está en los seguros de vida.

BOMBARDEO VISUAL

Packard cuenta de las amas de casa que iban de compras al supermercado, que las no poseedoras de una lista “guía” usualmente registraban un aumento de 25% en su compra, puesto que inducidas en una especie de trance hipnótico visual adquirían productos que ni siquiera necesitaban, o como la empresa Dupont lo refirió: “Porque siete de cada diez compras se deciden dentro del negocio, en donde los clientes actúan según sus impulsos”

Posteriormente, siguiendo el ejemplo de los supermercados, el autor menciona a un hombre llamado Vicary, quien llevó a cabo un estudio utilizando como punto de referencia las veces que uno parpadea, ya sea en un nivel promedio; de extrema relajación, donde los parpadeos disminuyen; o de tensión, en la que estos se aceleran.

Es con esa situación en mente que Vicary implementa cámaras en los supermercados para poder contabilizar los parpadeos de consumidores, obteniendo así el dato de que el parpadeo de los compradores, en vez de indicar tensión, reflejaba una caída de constancia hasta de 14 veces por minuto, como si de un trance hipnótico se tratase. Habiendo obtenido el siguiente resultado Vicary plantea su tesis en la que afirma un abuso psicológico por parte de empresas publicitarias que promueven un extremo consumismo.

 “Justamente en esta generación, cualquiera puede ser rey o reina y pasearse por estos almacenes en donde los productos claman a gritos ‘cómprame, cómprame.”


INFUSIÓN INFANTIL

Siguiendo la intención de generar irracional lealtad de los consumidores a los productos que determinada agencia publicitaria pone en circulación en los medios, no sólo se toman como métodos la adscripción de valores al bien/servicio, sino que una de las cuestiones más interesantes es el buscar incentivar una temprana predilección en los jóvenes, que en un futuro serán dueños del mercado consumista por ser mayoritarios en su poder adquisitivo.

“Lleva tiempo, es verdad, pero si uno espera continuar con el negocio durante cierto período, piense en el lucro que puede significar para su compañía condicionar a un millón o a diez millones de niños que llegarán a ser adultos educados por usted para que compren sus artículos, de la misma manera que se adiestra a los soldados para que marchen cuando oyen la orden de avanzar” (Packard, V; 1957)

Conclusiones

Vance Packard, aunque antigua su concepción de la publicidad por haber hecho sus investigaciones en la década de los 50, sorprende en cómo logra enumerar algunos postulados tautológicos inherentes al carácter comercial de la publicidad.

Las formas ocultas de la propaganda es un texto clásico que a pesar de su tiempo resulta atemporal y ayuda a comprender los procesos de investigación y creación de un mensaje en campañas publicitarias previas a su puesta pública en distintos medios. Nos deja entrever desde el lugar de los productores la perspectiva que estos poseen de quienes consumen, así como qué fibras tocan para lograr el convencimiento público.

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